“En esencia la Tambora es líquida
ya que sin oponer resistencia toma la forma que le imponga el destino,
convirtiendo a sus gentes en una sociedad resiliente y comprometida.”
En este proceso de resistencia se
generan dinámicas de integración y comunicación entra sus gentes y la
naturaleza, las cuales confluyen en múltiples expresiones culturales (música,
danza, poesía, artesanía, gastronomía etc.) éstas, a su vez, emancipan la
capacidad creadora de sus verdaderos protagonistas, el pueblo, que con su esencia convierten a la Tambora en
algo más que en una expresión artística, la convierten en una forma de vida.
Orígenes:
La Tambora es el canto, ritmo,
danza, instrumento y también forma de vida representativo de la cultura de las regiones
ubicadas en la depresión momposina y sur del departamento de Bolívar,
extendiéndose a la parte sur de Magdalena y Cesar. (Culturas anfibias) Organológicamente el Conjunto de
Tambora está integrado por: la tambora, un tambor currulao (parecido al tambor
alegre usado genéricamente en la costa caribe de Colombia) una cantadora
solista, un coro tradicionalmente femenino, ahora mixto que la acompaña con palmas
o tablitas conocidas como gallitos y los idiófonos llamados maracones y guaches; éstos (maracones y guaches) no son del conjunto tradicional, sin embargo son de uso generalizado en
las agrupaciones de Tambora en la actualidad.
El complejo de la Tambora nace de tres influencias étnicas las cuales convergen en una estratégica
y rica zona minera llamada subregión de la depresión momposina.
Aspecto indígena:
Los indios Chimilas descendientes de los Bravíos Caribe poblaron un vasto territorio a orillas del
río Magdalena, este gran reino era dirigido por un cacique llamado
Tamalaguataca quien se rebeló junto a su pueblo del yugo español
prefiriendo la muerte. Según algunos investigadores aún hay rezagos de esta cultura
entre Copey y Fundación. Su dios representaba fuerza, unidad, dueño de toda creación, era llamado: Marayajna y su demonio: Itaylas. Cuentan que en sus acostumbrados
ritos nocturnos danzaban mientras golpeaban un pedazo de tronco agujerado. Los Chimilas tenían una gran
riqueza en la elaboración de esteras, cestos y canastos, así como un alto grado en
el desarrollo cerámico, con el cual construían tinajas, múcuras y máscaras de
uso ritual.
Por otro lado la cultura aborigen
Malibú en las riberas del Magdalena y las orillas de las lagunas entre
Tamalameque y Tenerife se retroalimentó con la nación Chimila, denominada así
por su vasta extensión; los Malibú eran labriegos de varios tipos de yuca y
expertos tejedores de esteras, su gobernante era conocido como el Cacique Loba.
Aspecto africano:
El áfrica occidental influenció la
música colombiana de manera determinante, a lo largo y ancho del río Magdalena
eran transportados los esclavizados de origen africano para el trabajo minero; el principal centro operativo de la corona en cuanto a
distribución de esclavos era Santa Cruz de Mompox dada su estratégica
ubicación; el rigor de la selva y las largas jornadas debilitaron al indio en
el oficio y fueron rápidamente remplazados por los afros, de ésta misma manera el negro se compenetró con el aborigen y ambas culturas en
medio de la fuerte carga laboral entonaban cantos, lamentos y golpes de tambor
en las noches en que los más fuertes deseos de libertad y el poder de sus
ancestros se apoderaban de su existencia. El africano en un entorno nuevo y
hostil desarrolló todo su potencial e
impuso su ritmo. Seguramente influenciados por su instrumentación ancestral utilizaron piel animal para darle mayor sonoridad al tronco agujerado de los
chimilas y Malibúes; quizá las dos principales características musicales afro
que encontramos en la Tambora “baile cantado” es el uso del canto responsorial
entre coro y solista, así como la línea melódica del tambor currulao y la tambora, sin
desconocer las influencias en las temáticas de sus letras, las cuales juegan un
papel totalmente descriptivo de su vida cotidiana y los
acontecimientos de su entorno. Aún en nuestros días el reconocimiento del
aporte africano en la construcción de nuestra nación y memoria cultural no es
del todo reconocido.
Aspecto europeo:
El vestuario utilizado por los
conjuntos de Tambora es de influencia europea. Lo ¨blanco¨ influenció la música de negros y aborígenes, puesto que la corona gozaba de una
rica y basta tradición artística, sin olvidar que ésta cultura (europea) ya había sido influenciada por lo africano durante los ocho siglos de invasión árabe en lo que se conoce hoy como España. Es preciso referir la historia del investigador Diógenes Armando
Pino Ávila sobre la imponencia europea y la rebeldía propia del mestizaje afro
aborigen que caracteriza el complejo de la Tambora:
¨La negra que tuvo que vestir,
obligada las prendas de la blanca; ("Noches de San Zenón: El ama obligaba
a la negra a vestir sus prendas, vestidos y mejores atuendos, para regocijo de
los blancos"), pero como signo de rebeldía, la negra se dejó el faldón de
la blusa por fuera, nunca se lo encajó, dejando testimonio de su dignidad. Este
hecho significativo, de la rebeldía negra, lo hemos respetado y aún en nuestros
días, al bailar la Tambora, nuestras mujeres no se encajan la blusa.¨
La tambora es el nombre del
principal instrumento musical de un complejo que lleva su mismo nombre, ésta es
concebida como expresión artística. Su
tradición hace parte de la historia de mestizaje entre indígenas chimilas y malibúes, con afros esclavizados y
cimarrones. El vestuario tradicional empleado por los conjuntos es de
influencia española así como gran parte de su desarrollo melódico, del cual
tanto afros como aborígenes tienen
incidencia.
Es de particular interés retratar
la tradición cultural, pero también resaltar la continuidad de la Tambora en el
tiempo a través de jóvenes y niños que la están reinterpretando. En este
sentido el término tradición debe ser tomado en cuenta como la misma naturaleza
del río Magdalena, que fluye, se
encuentra en constante cambio, da vida y
comunica.
Los protagonistas de este complejo
artístico son sabios poetas, músicos y artistas que se esconden bajo
el cotidiano atuendo del campesino, labrador, lechero o vendedor de frutas,
aquí a pesar de su modesta forma de vida los niños crecen jugando, su relación
con la vida se construye a partir de la música, para ellos la Tambora en un
verdadero espectáculo donde el pasado es pieza clave en el presente y futuro de
su sociedad. En esencia la Tambora es líquida
ya que sin oponer resistencia toma la forma que le imponga el destino,
convirtiendo a sus gentes en una sociedad resiliente y comprometida.
San Martín de Loba se recrea en
medio del surrealismo de su cotidianidad, donde una vendedora de dulces es dueña
de una importante herencia musical y recorre las calles del pueblo buscando el
sustento pelando naranjas, debajo de su
pequeño mercado ambulante carga su pollera que luce con decoro cuando se
estrella frente a las ruedas de Tambora. Ella solitaria y magnifica decora las polvorientas calles de Loba con su agudo canto y destreza dancistica.
Como una excepción en los pueblos
donde el catolicismo se impuso la iglesia de San Martín de Loba no está
ubicada en el centro del pueblo, las famosas piedras Palacín ocupan desde hace
miles de años éste privilegiado lugar y como testigos silenciosos han visto
posarse sobre su pétreos cuerpos a escritores, poetas, turistas y amantes
clandestinos que se dan cita para estar más cerca
de la inmensidad de la luna lobana.
Las principales actividades
económicas de San Martín de Loba son: pecuaria, pesquera, agrícola, minera y
por supuesto el comercio activado por su cercanía al Banco Magdalena, todas estas actividades se han visto deterioradas desde los últimos años por los problemas de orden público, migraciones, y serios daños
ecológicos producidos por los insumos utilizados para el procesamiento del oro.
Los Lobanos siembran, crean y
sueñan sobre una placa de oro cubierta de polvo, sus ricas tierras contienen el preciado metal que ha sido una importante fuente de sustento,
los más destacados periodos de “brote de oro” se han producido durante los
años: 1687, 1880, 1950, 1979 y 1996. En la década de los 90’s las calles de Loba se vistieron de oro, sus habitantes lo recogían fácilmente por donde caminaran, niños y adultos fueron
testigos del poder que producían las ganancias desmedidas; cuenta “graciosamente”
don Eleuterio Ardila quien es agricultor y constructor de instrumentos en Loba: ¨aquí los niños
tenían 100 o 200 mil pesos en el bolsillo, en las celebraciones navideñas se
hacían faroles con billetes, y se quemaban¨
Este ¨importante¨ periodo económico trajo consigo la proliferación de tabernas y picós (equipos de sonido) que reemplazaron rápidamente las ruedas de Tambora, las parrandas eran día y noche, la prostitución y violencia hicieron su gala. Aunque eclipsada por el dinero la Tambora se mantuvo viva y sigue siendo pieza fundamental en la reparación social que se teje en el municipio. Los poetas y músicos del presente derrochan frases y sonidos que invitan al cuidado de la naturaleza y resaltan el descuido por parte de las administraciones locales.
San Martín de Loba renace a cada instante y su motor primario es la riqueza cultural que han conservado durante siglos, ¨nosotros somos creativos porque nos alimentamos del contacto con la tierra, está presente en nosotros¨ dice Álvaro Camargo, hijo del poeta Lobano Cayetano Camargo quien compuso entre muchas otras ¨Las olas de la mar” y ¨La mina de los Lobanos¨ ésta última en ritmo de tambora redoblá, aire musical único en san Martín de Loba, su patrón rítmico es de carácter marcial, su temática es nacionalista y recrea los sucesos heroicos de nuestra independencia; ¨La guerra patriota¨ y ¨Hombre de la nación¨ son quizá los temas más conocidos en este género.
Este ¨importante¨ periodo económico trajo consigo la proliferación de tabernas y picós (equipos de sonido) que reemplazaron rápidamente las ruedas de Tambora, las parrandas eran día y noche, la prostitución y violencia hicieron su gala. Aunque eclipsada por el dinero la Tambora se mantuvo viva y sigue siendo pieza fundamental en la reparación social que se teje en el municipio. Los poetas y músicos del presente derrochan frases y sonidos que invitan al cuidado de la naturaleza y resaltan el descuido por parte de las administraciones locales.
San Martín de Loba renace a cada instante y su motor primario es la riqueza cultural que han conservado durante siglos, ¨nosotros somos creativos porque nos alimentamos del contacto con la tierra, está presente en nosotros¨ dice Álvaro Camargo, hijo del poeta Lobano Cayetano Camargo quien compuso entre muchas otras ¨Las olas de la mar” y ¨La mina de los Lobanos¨ ésta última en ritmo de tambora redoblá, aire musical único en san Martín de Loba, su patrón rítmico es de carácter marcial, su temática es nacionalista y recrea los sucesos heroicos de nuestra independencia; ¨La guerra patriota¨ y ¨Hombre de la nación¨ son quizá los temas más conocidos en este género.
Es innegable como la Tambora se
perpetúa en medio de la convulsión del oro y el lustre de los picos en los
50’s y 60’s, cuando los únicos instrumentos del pueblo eran propiedad de Alejandro Ríos
y éste los alquilaba a los inquietos músicos de la época entre los que se cuentan:
Francisco Cerpa, David Escobar y las cantaoras: Pascuala Ballesteros, Gregoria
Matoso, Herminia Agudelo, Anastasia Jiménez y Catalina Duarte (entre otros).
En el san Martín de Loba de hoy se
evidencia la continuidad de la Tambora a través de las distintas generaciones
que la viven, sin embargo es preciso destacar la labor casi heroica de
Martina Camargo, Regina Ardila, Ismael Ardila, Nicanor Agudelo, Eleauterio
Ardila, Eleauterio Ardila (hijo), Alicia Polo, Silveria María Escobar, Asteria
Camargo, Melva Camargo, Delcy Gil, Casildo Gil, Alberto Gonzáles “marquitos”
quienes se han dado a la tarea de interpretar, componer, construir y transmitir
el lenguaje de la Tambora, la cual está viva, latente, presente en la comunidad, y desde un punto de vista universal hace parte de la memoria cultural de la humanidad.
ALGUNOS JUGLARES DE SAN MARTÍN DE
LOBA
ELEAUTERIO ARDILA
Único Constructor de instrumentos
en san Martín de loba, a los 20 años aprendió de Gilberto León a bailar
farotas, pilanderas y tabliteras, de su abuelo Manuel aprendió los toques de
tambora. Eleauterio empezó a construir tamboras por dos razones: para amenizar la danza
de farotas y evitar alquilar la única tambora que existía en el pueblo (1950)
ELEAUTERIO ARDILA HIJO
Agricultor y poeta, de su padre
aprendió los secretos sobre la construcción del instrumental propio de la
Tambora, Eleauterio junto a Ismael Ardila son los protagonistas de las actuales
ruedas de tamboras, las improvisaciones en los versos así como la fuerza de su
canto le dan un lugar privilegiado entre los músicos más reconocidos de la
región.
NICANOR AGUDELO
Bailador e intérprete de flauta y
tambor Currulao, aprendió viendo a sus maestros David Escobar, Cecilio Vidal y
Edilberto León, este último le permitió tocar para su grupo varios años,
Nicanor estuvo siempre próximo a la familia Camargo y acompañó a Martina en sus
primeros años de carrera.
REGINA ARDILA
Cantaora, bailadora y compositora, pertenece a una de las familias más sobresalientes de San Martín de Loba quien ha
transmitido el legado de la tambora a sus nietas. Junto a su hermano Ismael han
mantenido una escuela por más de 20 años al servicio de los habitantes del pueblo.
MARTINA CAMARGO
Martina Camargo es una de las
cantaoras más reconocidas y de mayor trayectoria del Caribe colombiano,
embajadora de la Tambora en el mundo y heredera de una rica tradición musical.
ISMAEL ARDILA
Agricultor, compositor e
instrumentista perteneciente a una reconocida familia de músicos, su
capacidad para improvisar versos y entonar canciones no se hace esperar en las
ruedas de Tambora y celebraciones de la región.
DELCY GIL
Compositora e intérprete de Tambora, hija de uno de los tamboreros y compositores más influyentes de la
región, ha recorrido todos los festivales de la depresión momposina junto a su
agrupación la cual está integrada en gran parte por su propia familia.
CASILDO GIL
Excelso intérprete de tambor currulao y compositor, entregó su vida al legado de la Tambora
trasmitiéndola a toda su familia y dedicándole un sinfín de versos a las
tierras de Loba. San Martín no volvió a ser la misma desde su fallecimiento en
el año 2012.
ALBERTO GONZÁLES
Alberto Gonzales más conocido como ¨Marquitos¨ es uno de los cantantes y compositores con mayor reconocimiento en el
actual San Martín, sus composiciones son afamadas en cada edición del festival
de la Tambora, logró poner uno de sus más sentidos temas: “Me robaste
el sueño” en el último álbum de la cantadora “Martina Camargo”
hola
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