domingo, 10 de julio de 2016

LA TAMBORA EN SAN MARTÍN DE LOBA COLOMBIA




“En esencia la Tambora es líquida ya que sin oponer resistencia toma la forma que le imponga el destino, convirtiendo a sus gentes en una sociedad resiliente y comprometida.”

En este proceso de resistencia se generan dinámicas de integración y comunicación entra sus gentes y la naturaleza, las cuales confluyen en múltiples expresiones culturales (música, danza, poesía, artesanía, gastronomía etc.) éstas, a su vez, emancipan la capacidad creadora de sus verdaderos protagonistas, el pueblo,  que con su esencia convierten a la Tambora en algo más que en una expresión artística, la convierten en una forma de vida.

Orígenes:
La Tambora es el canto, ritmo, danza, instrumento y también forma de vida representativo de la cultura de las regiones ubicadas en la depresión momposina y sur del departamento de Bolívar, extendiéndose a la parte sur de Magdalena y Cesar. (Culturas anfibias) Organológicamente el Conjunto de Tambora está integrado por: la tambora, un tambor currulao (parecido al tambor alegre usado genéricamente en la costa caribe de Colombia) una cantadora solista, un coro tradicionalmente femenino, ahora mixto que la acompaña con palmas o tablitas conocidas como gallitos y los idiófonos llamados maracones y guaches; éstos (maracones y guaches) no son del conjunto tradicional, sin embargo son de uso generalizado en las agrupaciones de Tambora en la actualidad.



El complejo de la Tambora nace de tres influencias étnicas las cuales convergen en una estratégica y rica zona minera llamada  subregión de la depresión momposina. 

Aspecto indígena:
Los indios Chimilas  descendientes de los Bravíos Caribe poblaron un vasto territorio a orillas del río Magdalena, este gran reino era dirigido por un cacique llamado Tamalaguataca quien se rebeló junto a su pueblo del  yugo español prefiriendo la muerte. Según algunos investigadores aún hay rezagos de esta cultura entre Copey y Fundación. Su dios representaba fuerza, unidad, dueño de toda creación, era llamado: Marayajna y su demonio: Itaylas. Cuentan que en  sus acostumbrados ritos nocturnos danzaban mientras golpeaban un pedazo de tronco agujerado. Los Chimilas tenían una gran riqueza en la elaboración de esteras, cestos y canastos, así como un alto grado en el desarrollo cerámico, con el cual construían tinajas, múcuras y máscaras de uso ritual.

Por otro lado la cultura aborigen Malibú en las riberas del Magdalena y las orillas de las lagunas entre Tamalameque y Tenerife se retroalimentó con la nación Chimila, denominada así por su vasta extensión; los Malibú eran labriegos de varios tipos de yuca y expertos tejedores de esteras, su gobernante era conocido como el Cacique Loba.





Aspecto africano:
El áfrica occidental influenció la música colombiana de manera determinante, a lo largo y ancho del río Magdalena eran transportados los esclavizados de origen africano para el trabajo minero; el principal centro operativo de la corona en cuanto a distribución de esclavos era Santa Cruz de Mompox dada su estratégica ubicación; el rigor de la selva y las largas jornadas debilitaron al indio en el oficio y fueron rápidamente remplazados por los afros, de ésta misma manera el negro se compenetró con el aborigen y ambas culturas en medio de la fuerte carga laboral entonaban cantos, lamentos y golpes de tambor en las noches en que los más fuertes deseos de libertad y el poder de sus ancestros se apoderaban de su existencia. El africano en un entorno nuevo y hostil  desarrolló todo su potencial e impuso su  ritmo. Seguramente influenciados  por su instrumentación ancestral  utilizaron piel animal para darle mayor sonoridad al tronco agujerado de los chimilas y Malibúes; quizá las dos principales características musicales afro que encontramos en la Tambora “baile cantado” es el uso del canto responsorial entre coro y solista, así como la línea melódica del tambor currulao y la tambora,  sin desconocer las influencias en las temáticas de sus letras, las cuales juegan un papel totalmente descriptivo de su vida cotidiana   y los acontecimientos  de su entorno. Aún en nuestros días el reconocimiento del aporte africano en la construcción de nuestra nación y memoria cultural no es del todo reconocido.



Aspecto europeo:
El vestuario utilizado por los conjuntos de Tambora es de influencia europea.  Lo ¨blanco¨  influenció la música de negros y aborígenes, puesto que la corona gozaba de una rica y basta tradición artística, sin olvidar que ésta cultura (europea)  ya había sido influenciada  por lo africano durante los ocho siglos de invasión árabe en lo que se conoce hoy como España. Es preciso referir la historia del investigador Diógenes Armando Pino Ávila sobre la imponencia europea y la rebeldía propia del mestizaje afro aborigen que caracteriza el complejo de la Tambora:

¨La negra que tuvo que vestir, obligada las prendas de la blanca; ("Noches de San Zenón: El ama obligaba a la negra a vestir sus prendas, vestidos y mejores atuendos, para regocijo de los blancos"), pero como signo de rebeldía, la negra se dejó el faldón de la blusa por fuera, nunca se lo encajó, dejando testimonio de su dignidad. Este hecho significativo, de la rebeldía negra, lo hemos respetado y aún en nuestros días, al bailar la Tambora, nuestras mujeres no se encajan la blusa.¨






La tambora es el nombre del principal instrumento musical de un complejo que lleva su mismo nombre, ésta es concebida  como expresión artística. Su tradición hace parte de la historia de mestizaje entre indígenas chimilas y malibúes, con afros esclavizados y cimarrones. El vestuario tradicional empleado por los conjuntos es de influencia española así como gran parte de su desarrollo melódico, del cual tanto afros  como aborígenes tienen incidencia.

Es de particular interés retratar la tradición cultural, pero también resaltar la continuidad de la Tambora en el tiempo a través de jóvenes y niños que la están reinterpretando. En este sentido el término tradición debe ser tomado en cuenta como la misma naturaleza  del río Magdalena, que fluye, se encuentra en constante cambio, da vida  y comunica.


Los protagonistas de este complejo artístico son sabios poetas, músicos  y artistas que se esconden bajo el cotidiano atuendo del campesino, labrador, lechero o vendedor de frutas, aquí a pesar de su modesta forma de vida los niños crecen jugando, su relación con la vida se construye a partir de la música, para ellos la Tambora en un verdadero espectáculo donde el pasado es pieza clave en el presente y futuro de su sociedad.  En esencia la Tambora es líquida ya que sin oponer resistencia toma la forma que le imponga el destino, convirtiendo a sus gentes en una sociedad resiliente y comprometida.

San Martín de Loba se recrea en medio del surrealismo de su cotidianidad, donde una vendedora de dulces es dueña de una importante herencia musical y recorre las calles del pueblo buscando el sustento pelando naranjas,  debajo de su pequeño mercado ambulante carga su pollera que luce con decoro cuando se estrella frente a las ruedas de Tambora. Ella solitaria y magnifica decora las polvorientas calles de Loba con su agudo canto y destreza dancistica.




Como una excepción en los pueblos donde el catolicismo se impuso la iglesia de San Martín de Loba no está ubicada en el centro del pueblo, las famosas piedras Palacín ocupan desde hace miles de años éste privilegiado lugar y como testigos silenciosos han visto posarse sobre su pétreos cuerpos a escritores, poetas, turistas y amantes clandestinos que se dan cita para estar más cerca de la inmensidad de la luna lobana. 



Las principales actividades económicas de San Martín de Loba son: pecuaria, pesquera, agrícola, minera y por supuesto el comercio activado por su cercanía al Banco Magdalena, todas estas actividades se han visto deterioradas desde los últimos años por los problemas de orden público, migraciones, y serios daños ecológicos producidos por los insumos utilizados para el procesamiento del oro.

Los Lobanos siembran, crean y sueñan sobre una placa de oro cubierta de polvo, sus ricas tierras contienen el preciado metal  que ha sido una importante fuente de sustento, los más destacados periodos de “brote de oro” se han producido durante los años: 1687, 1880, 1950, 1979 y 1996. En la década de los 90’s las calles de Loba se vistieron de oro, sus habitantes lo recogían fácilmente por donde caminaran,  niños y adultos fueron testigos del poder que producían las ganancias desmedidas; cuenta “graciosamente” don Eleuterio Ardila quien es  agricultor y constructor de instrumentos en Loba: ¨aquí los niños tenían 100 o 200 mil pesos en el bolsillo, en las celebraciones navideñas se hacían faroles con billetes, y se quemaban¨

 Este ¨importante¨ periodo económico trajo consigo la proliferación de tabernas y picós (equipos de sonido) que reemplazaron rápidamente las ruedas de Tambora, las parrandas eran día y noche, la prostitución y violencia hicieron su gala. Aunque eclipsada por el dinero la Tambora se mantuvo viva y sigue siendo pieza fundamental en la reparación social que se teje en el municipio. Los poetas y músicos del presente derrochan frases y sonidos que invitan al cuidado de la naturaleza y resaltan el descuido por parte de las administraciones locales. 

San Martín de Loba renace a cada instante y su motor primario es la riqueza cultural que han conservado durante siglos, ¨nosotros somos creativos porque nos alimentamos del contacto con la tierra, está presente en nosotros¨ dice Álvaro Camargo, hijo del poeta Lobano Cayetano Camargo quien compuso entre muchas otras ¨Las olas de la mar” y ¨La mina de los Lobanos¨ ésta última en ritmo de tambora redoblá, aire musical único en san Martín de Loba, su patrón rítmico es de carácter marcial, su temática es nacionalista y recrea los sucesos heroicos de nuestra independencia; ¨La guerra patriota¨ y ¨Hombre de la nación¨ son quizá los temas más conocidos en este género.

Es innegable como la Tambora se perpetúa en medio de la convulsión del oro  y el lustre de los picos en los 50’s y 60’s, cuando los únicos instrumentos del pueblo eran propiedad de Alejandro Ríos y éste los alquilaba a los inquietos músicos de la época entre los que se cuentan: Francisco Cerpa, David Escobar y las cantaoras: Pascuala Ballesteros, Gregoria Matoso, Herminia Agudelo, Anastasia Jiménez y Catalina Duarte (entre otros).

En el san Martín de Loba de hoy se evidencia la continuidad de la Tambora a través de las distintas generaciones que la viven, sin embargo es preciso destacar la labor casi heroica de Martina Camargo, Regina Ardila, Ismael Ardila, Nicanor Agudelo, Eleauterio Ardila, Eleauterio Ardila (hijo), Alicia Polo, Silveria María Escobar, Asteria Camargo, Melva Camargo, Delcy Gil, Casildo Gil, Alberto Gonzáles “marquitos” quienes se han dado a la tarea de interpretar, componer, construir y transmitir el lenguaje de la Tambora, la cual está viva, latente, presente en la comunidad, y desde un punto de vista universal hace parte de la memoria cultural de la humanidad. 



ALGUNOS JUGLARES DE  SAN MARTÍN DE LOBA

ELEAUTERIO ARDILA
Único Constructor de instrumentos en san Martín de loba, a los 20 años aprendió de Gilberto León a bailar farotas, pilanderas y tabliteras, de su abuelo Manuel aprendió los toques de tambora. Eleauterio empezó a construir tamboras por dos razones: para amenizar la danza de farotas y  evitar alquilar la única tambora que existía en el pueblo (1950)

ELEAUTERIO ARDILA HIJO
Agricultor y poeta, de su padre aprendió los secretos sobre la construcción del instrumental propio de la Tambora, Eleauterio junto a Ismael Ardila son los protagonistas de las actuales ruedas de tamboras, las improvisaciones en los versos así como la fuerza de su canto le dan un lugar privilegiado entre los músicos más reconocidos de la región.

NICANOR AGUDELO
Bailador e intérprete de flauta y tambor Currulao, aprendió viendo a sus maestros David Escobar, Cecilio Vidal y Edilberto León, este último le permitió tocar para su grupo varios años, Nicanor estuvo siempre próximo a la familia Camargo y acompañó a Martina en sus primeros años de carrera.

REGINA ARDILA
Cantaora, bailadora y compositora, pertenece a una de las familias más sobresalientes de San Martín de Loba quien ha transmitido el legado de la tambora a sus nietas. Junto a su hermano Ismael han mantenido una escuela  por más de 20 años al servicio de los habitantes del pueblo.



MARTINA CAMARGO
Martina Camargo es una de las cantaoras más reconocidas y de mayor trayectoria del Caribe colombiano, embajadora de la Tambora en el mundo y heredera de una rica tradición musical. 

ISMAEL ARDILA
Agricultor, compositor e instrumentista perteneciente a una reconocida familia de músicos, su capacidad para improvisar versos y entonar canciones no se hace esperar en las ruedas de Tambora y celebraciones de la región.

DELCY GIL
Compositora e intérprete de Tambora, hija de uno de los tamboreros y compositores más influyentes de la región, ha recorrido todos los festivales de la depresión momposina junto a su agrupación la cual está integrada en gran parte por su propia familia.

CASILDO GIL
Excelso intérprete de tambor currulao y compositor, entregó su vida al legado de la Tambora trasmitiéndola a toda su familia y dedicándole un sinfín de versos a las tierras de Loba. San Martín no volvió a ser la misma desde su fallecimiento en el año 2012.



ALBERTO GONZÁLES
Alberto Gonzales más conocido como ¨Marquitos¨ es uno de los cantantes y compositores con mayor reconocimiento en el actual San Martín, sus composiciones son afamadas en cada edición del festival de la Tambora,  logró poner uno de sus más sentidos temas: “Me robaste el sueño” en el último álbum de la cantadora “Martina Camargo”






2 comentarios:

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